En cada casino, hay mucho más de lo que parece. Aunque los invitados generalmente solo son conscientes de lo que está sucediendo a nivel superficial, la capacidad de un casino para crear una falsa sensación de realidad se extiende más allá de la programación de máquinas tragamonedas y apostar contra las probabilidades en las mesas. Llega lejos a cada rincón de la habitación y está diseñado de tal manera que su intencionalidad detrás de cada luz intermitente, cada socido, cada barra de humo y cada laberinto sin fin de máquinas tragamonedas se unan para apostar en contra la psicología humana. Dicen que hay una razón por la que la casa siempre gana, pero ¿qué tiene el diseño de estos espacios y el atractivo de la mesa de juego que hace que los visitantes siempre regresen por más?
El diseño del casino tiene una larga historia de controversia cuando se trata de crear los espacios más efectivos para atrapar a los invitados y mantenerlos gastando. La escuela de pensamiento original detrás del diseño del casino fue desarrollada por Bill Friedman –profesor de administración de casinos en la Universidad de Nevada Las Vegas y autor de Designing Casinos to Domination the Competition– quien afirma que el único factor en el diseño del casino proviene de comprender qué porcentaje de visitantes vienen a jugar y cuántos de ellos regresan. Los juegos en sí son los mismos en todas partes, por lo que la arquitectura de los juegos de apuestas es el factor diferenciador de lo que atrae a los invitados. Menciona que aunque los llamativos exteriores del Vegas Strip promueven hoteles en una variedad de temas, los casinos deben seguir un conjunto de reglas de diseño basadas en sus observaciones. En sus escritos, Friedman evalúa elementos exitosos en los casinos como aquellos que mejoran la experiencia general, ayudan a ganar la mayor cantidad de dinero y atraen a los jugadores fuera de sus propios huéspedes del resort. Si alguna vez has estado en un casino donde hay máquinas tragamonedas, has notado que al momento al momento de ingresar al hotel, los equipos de juegos de azar se presentan como la decoración principal, así como los caminos sinuosos –a menudo confusos– y los techos bajos, representan una tipología de los juegos de apuestas.
Sin embargo, en los últimos treinta años, el diseño del casino ha favorecido la estrategia de Roger Thomas –nativo de Las Vegas– quien casi reprende las teorías de Friedman. Para el diseño de uno de los casinos más conocidos de Las Vegas, "El Bellagio", Thomas se asoció con Steve Wynn, se arriesgó contra las viejas formas de pensar de Friedman y apostó por una paleta de diseño más "evocativa" que estimularía los sentidos al extremo. A menudo conocido como el estilo de los casinos "Playground Design" –por su capacidad para garantizar siempre que los huéspedes se diviertan– estos casinos brindan mucha luz, excelente orientación, techos altos, espacios glamorosos en el lobby con esculturas y maximizan la comodidad. En lugar de atrapar a los invitados en una red de máquinas tragamonedas, proporcionan visiones claras hacia donde los jugadores quieren dirigirse a continuación. Los diseños también hablan a los huéspedes que normalmente no juegan, ya que su lujosa decoración actúa como un tipo de anestesia para adormecer a los huéspedes de sus significativas pérdidas.
Con su nueva teoría del diseño, la apuesta de Thomas dio sus frutos, ya que "El Bellagio" generó las mayores ganancias para una propiedad de Las Vegas en la historia. Finalmente, lo que se descubrió fue que los invitados pudieron entrar en un mayor sentido de restauración mental y relajación en estas áreas, lo que los llevó a realizar apuestas más grandes y riesgosas. Estos espacios se convirtieron en un refugio y sus diseños generales manifestaron un deseo mucho más fuerte de jugar.
Por lo tanto, la próxima vez que ingreses a un casino, ten en cuenta que alguien ha diseñado cuidadosamente este espacio para permitirte disfrutar de los gastos riesgosos animándote a apostar aún más. Si te estás divirtiendo y el casino está ganando dinero, entonces es ganar-ganar.